Por Yolanda Ruiz
La globalización que ha permitido tener todo lo que pasa en el planeta a un clic de distancia es también una oportunidad para conocer otras realidades y salirnos de esa suerte de colonialismo cultural en el que hemos vivido por décadas. Ya lo he dicho por aquí y lo reitero: poder disfrutar series y películas producidas en distintos países y que vienen de diferentes culturas nos ayuda a ver más allá del entorno en el que vivimos y a alimentar el cerebro con ideas distintas.
Por eso me parece interesante compartir buenas experiencias por si alguno quiere ensayar. A quienes tienen Netflix recomiendo una serie muy interesante hecha en Dinamarca y que aborda varios de los grandes temas de la sociedad moderna. Se llama Borgen y cuenta detalles de lo que pasa tras bambalinas en la política danesa. La protagonista, personaje muy interesante de ficción, se convierte en la primera mujer en llegar a ser Primera Ministra de Dinamarca. La serie de 30 capítulos plantea la permanente relación entre medios de comunicación y poder y también los retos a los que se enfrenta una mujer para derribar barreras culturales y para conciliar la vida personal con la profesional.
Teniendo esos grandes temas como marco también se abordan todo tipo de dilemas éticos, humanos y políticos. Las historias pasan por los debates sobre la migración, el machismo, el medio ambiente, el abuso de poder, la prostitución y las batallas dentro de la prensa entre quienes quieren mantener la esencia del periodismo y quienes buscan que crezca el negocio a cualquier costo. La prensa amarillista está bien reflejada y los límites entre la información y el morbo. En medio de la historia están los seres humanos llenos de matices y dificultades reales. Historias de amor y desamor, enfermedades, adicciones, traiciones. Una serie entretenida que además permite entender un poco cómo funciona el sistema parlamentario, tan distinto al nuestro.